Los efectos secundarios dentales y bucales pueden hacer que sea difícil comer, hablar, masticar o tragar. Afortunadamente, con una buena atención, usted y su médico pueden disminuir el riesgo de estos efectos secundarios y manejarlos si ocurren.
Las personas con buena salud dental antes del tratamiento tienen un riesgo menor de desarrollar afecciones.
Es importante consultar a un dentista al menos 4 semanas antes de comenzar el tratamiento contra el cáncer, con la finalidad de poder tratar cualquier posible infección o irritación.
Durante estas visitas, su dentista o especialista de salud bucal pueden hacer lo siguiente:
Pídale a su dentista que comparta detalles sobre su salud bucal con el oncólogo. De esta forma, ambos médicos podrán trabajar en conjunto para planificar su atención.
La comunicación frecuente con el equipo de atención médica es importante para prevenir efectos secundarios dentales y bucales. Si usted consulta a un dentista durante el tratamiento contra el cáncer, es importante que este profesional hable con su oncólogo para asegurarse de que cualquier tratamiento dental que reciba sea seguro para usted.
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